jueves, 17 de julio de 2014

EL TEXTO ARGUMENTATIVO

Texto argumentativo

¿QUÉ ES?

La argumentación es un modo de organizar el discurso que pretende conseguir la adhesión de un auditorio a las tesis u opiniones que sostiene el autor. La argumentación se utiliza normalmente para desarrollar temas que se prestan a cierta controversia.

La argumentación se identifica con el enunciado de un problema o situación que admite posiciones a favor o en contra de una tesis (opinión que se defiende). Argumentar es, por tanto, aportar razones para defender una opinión.

El discurso argumentativo, pues, se realiza en una amplia variedad de formas textuales que apelan a recursos muy diversos y poseen distinto grado de complejidad. Las situaciones más comunes en que se emplea la argumentación son las siguientes:

a) Situaciones de carácter interpersonal: vida cotidiana (discusión entre dos personas con diferente punto de vista), entrevista laboral, etc. Se caracterizan por la utilización de un discurso poco planificado.
b) Situaciones de carácter social: cartas al director, artículos de opinión, manifiestos, anuncios publicitarios, debates, mesas redondas... Emplean un discurso más planificado y estructurado, con una gramática más elaborada y precisa.
c) Situaciones técnicas: ámbito científico, jurídico y administrativo... (Artículos de investigación, tratados, instancias, alegatos, sentencias, demandas...). Usan estructuras muy formalizadas, en un discurso técnico.
d) Situaciones académicas: en el ámbito académico (exámenes, informes, trabajos académicos) saber argumentar bien es imprescindible para defender con éxito la posición que se sostiene. Para ello, es importante examinar los posibles argumentos de los contrincantes y buscar argumentos sólidos que defiendan nuestras conclusiones.

ESTRUCTURA DE LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS

Los textos argumentativos, como los expositivos, basan una parte importante de su efectividad en la buena organización de las ideas con las que se pretende convencer o persuadir. De entre las variadas formas con las que se puede manifestar este modo de organizar el discurso, analizaremos la estructura más habitual establecida ya en la Antigüedad por la retórica clásica. Todo texto argumentativo se articula en torno a cuatro partes fundamentales:

1. Presentación o introducción
Tiene como finalidad presentar el tema sobre el que se argumenta, captar la atención del destinatario y despertar en él el interés y una actitud favorable.

2. Exposición de la tesis
La tesis es la postura que se mantiene ante el tema. Puede aparecer al principio o al final del texto y es el núcleo de la argumentación.

Una tesis puede ser una opinión subjetiva, en el caso de la argumentación informal; en cambio, si se trata de un trabajo académico de investigación, la tesis tiene que ser una hipótesis científica. Cabe destacar que una tesis que no se apoye en argumentos racionales no constituye una argumentación académica. Solamente los datos objetivos o las afirmaciones demostrables científicamente constituyen argumentos válidos en un texto científico-técnico.

3. Cuerpo argumentativo y antítesis
Una vez expuesta la tesis, empieza la argumentación propiamente dicha. Se trata bien de justificar la tesis con la presentación de pruebas y argumentos variados (argumentación positiva), refutar la tesis contraria, o admitir algún argumento contrario (concesión) para contra argumentar.
Con el objetivo de lograr persuadir al destinatario, el emisor puede desplegar una serie de estrategias argumentativas. Puede recurrir a las citas de autoridad y a la ejemplificación, a la analogía, a la exposición de las causas y las consecuencias que comporta la adopción de sus ideas, al refuerzo de su opinión mediante datos objetivos (como, por ejemplo, resultados estadísticos o sondeos), o a la discusión y desestimación de posibles objeciones a la tesis adoptada.

4. Conclusión
Se recuerda al interlocutor la tesis, las partes más relevantes de lo expuesto y se insiste en la posición argumentativa adoptada.

En las argumentaciones escritas (textos científicos y técnicos, humanísticos, ensayos...), los esquemas más utilizados son:

a)            Argumentación deductiva. Presenta una orientación demostrativa: se parte de una o varias ideas generales (tesis) para llegar a una conclusión (que reafirma la tesis de partida o propone nuevas tesis) mediante la presentación de hechos, pruebas y argumentos.
b)            Argumentación inductiva. Se parte de la presentación de una serie de argumentos y, tras análisis y razonamientos variados, se llega, a modo de conclusión, a una tesis que se infiere de dichos argumentos.

c)             Argumentación mixta. Contiene a la vez elementos del esquema deductivo y del inductivo. Se formula al principio la tesis, se muestran hechos, casos o razonamientos que la confirmen y, al final, se repite la tesis, casi siempre con alguna variante.

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